Lo terminé, tres días han bastado para empezar, enganchar y terminar este precioso libro.
Me quedaba más de la mitad del libro, empecé y no pude parar hasta que lo terminé a las 3 y media de la mañana.
Desde que comencé la segunda parte sin parar de llorar de la emoción, hacía tiempo que no lloraba tanto, a veces pensaba que me había quedado sin lágrimas, pero era necesario el desahogo para soltar las emociones acumuladas.
Muchas frases para darle vueltas, me quedo con las sonrisas de oreja a oreja escondidas en los puños, con el regalo de la brújula, con el lago y con los mensajes en la almohada, entre otras cosas.
Gracias Albert por otra obra maestra.
Y gracias por esa dedicatoria.
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